En un laberinto caminas sin rumbo y a menudo tienes la sensación de ya haber pasado por una determinada zona, tal vez sí pases dos veces por el mismo sitio, sin notarlo, porque cambias la manera de observar cada pequeño detalle. Dentro del laberinto te mantienes pensativo, silencioso, en busca del camino adecuado. He allí el por qué de "taciturno". En este blog te encontrarás sumergido en un laberinto que tiene etapas, guerras en su interior y cambios constantes, entre otros sucesos.
miércoles, 10 de enero de 2018
Colores.
La existencia de una inquietud por lo extraño, lo anormal, lo raro, es un buen inicio para descubrir cómo somos en realidad, o acercarnos a ello. Porque no muchas personas aprobarán esos gustos, entonces no hay condicionamiento social ni impulso externo visible que nos lleve a investigar sobre aquello oculto que nos interesa. Sin embargo, en nuestra interiorización encontraremos expectativas resueltas o no, debemos estar preparados para esto. Y tener cuidado con lo que se desea. Siempre. Porque los deseos nos llevan a vivir experiencias para las cuales el mundo no nos prepara, el mundo superficial aborrece esas experiencias anormales. Pero eso lo hace más interesante. Y podemos sentirnos locos, irreales, desalineados con el sistema. Esto último es el indicio de que estás en el camino correcto. Porque lo más bello de vivir es, justamente, vivenciar hechos únicos, aunque nadie o pocas personas sean testigos, crear momentos inolvidables, sensaciones raras y hermosas, pensamientos que van más allá de nuestra mente y nos cuesta comprender esta naturaleza nuestra. Pero cuando salimos de esa tan famosa zona de confort, es ahí cuando vivimos realmente.
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