A veces sólo tengo ganas de dejar de contactarme con otras personas. Algunos momentos quisiera desaparecer y que nadie sepa dónde estoy. Ojalá yo tampoco lo supiera, pero lo sé; me encuentro en el abismo, siempre estuve aquí. Si parece que vuelvo, es un espejismo, mi espectro en las memorias de los que alguna vez me vieron deambular por la tierra visible.
Nadie conoce mi abismo, bueno, en realidad supongo eso porque estoy sola en este sitio, como debe ser.
Acá, sólo yo y mi abismo. Si no me amo yo misma, él no lo hará.
Han intentado traspasar la entrada que me trajo, pero siempre se van antes de cruzarla.
Aunque, a decir verdad, es mi decisión encerrarme en este lugar. Sin nadie que me diga qué hacer, cómo vestir, qué pensar. qué sentir...
En un laberinto caminas sin rumbo y a menudo tienes la sensación de ya haber pasado por una determinada zona, tal vez sí pases dos veces por el mismo sitio, sin notarlo, porque cambias la manera de observar cada pequeño detalle. Dentro del laberinto te mantienes pensativo, silencioso, en busca del camino adecuado. He allí el por qué de "taciturno". En este blog te encontrarás sumergido en un laberinto que tiene etapas, guerras en su interior y cambios constantes, entre otros sucesos.
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