En un laberinto caminas sin rumbo y a menudo tienes la sensación de ya haber pasado por una determinada zona, tal vez sí pases dos veces por el mismo sitio, sin notarlo, porque cambias la manera de observar cada pequeño detalle. Dentro del laberinto te mantienes pensativo, silencioso, en busca del camino adecuado. He allí el por qué de "taciturno". En este blog te encontrarás sumergido en un laberinto que tiene etapas, guerras en su interior y cambios constantes, entre otros sucesos.
lunes, 18 de noviembre de 2013
Desperté sobresaltada...
¿Otra pesadilla?
Escuché un ruido que no tenía registrado...
Mi cuchillo no estaba,
la sombra se abalanzó...
"Suicidio", decían...
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