Tal y como lo indica la palabra, lo desconocido es algo que no conocemos. En mi opinión, es aquello a lo que más temor se le tiene. Desconocer algo implica no saber controlarlo. Si acaso yo puedo sentir terror alguno, definitivamente sería a algo que conozco.
Los caminos transitados a lo largo de mi existencia han logrado que pierda todo ápice de rendimiento. Tal vez a ella la podrán encarcelar, pero no a mí; el sometimiento se hace costumbre, es a lo que llamamos disciplina, ésto se ha querido entrometer en mis dispersos e inconclusos pensamientos; llamar a esta vida completamente libre sería mentir, tuve mis limitaciones hasta que tuve la gracia de descubrir que...
Dejaré ese espacio en blanco por varias razones.
En fin, volviendo a lo desconocido, creo que una de las razones por las cuales no le temo es el sentimiento de darme cuenta de que TODO es desconocido. Rectifico: A medida que se conoce más, hay más probabilidades de sentir que se desconoce.
En un laberinto caminas sin rumbo y a menudo tienes la sensación de ya haber pasado por una determinada zona, tal vez sí pases dos veces por el mismo sitio, sin notarlo, porque cambias la manera de observar cada pequeño detalle. Dentro del laberinto te mantienes pensativo, silencioso, en busca del camino adecuado. He allí el por qué de "taciturno". En este blog te encontrarás sumergido en un laberinto que tiene etapas, guerras en su interior y cambios constantes, entre otros sucesos.
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