Desprenderse de los objetos materiales suele ser una situación catastrófica a nivel emocional para algunas personas. Éstos proporcionan la seguridad de la rutina, no se mueven y sólo se modifican a través del control que uno tiene sobre ellos.
En otras personas, desprenderse de alguien emocionalmente (Ya sea por muerte o distanciamiento, pero al fin y al cabo no hay tanta diferencia entre ambas posibilidades) causa una pérdida del interés a nivel emocional. Cuando la separación consiste en separarse o "perder" un objeto se siente dolor emocional, quitándole así prestigio al verdadero dolor emocional en sí, ya que éste debería sentirse cuando la pérdida es de esa índole y no por una nimiedad controlable. La separación emocional causa un desprestigio de lo material, porque nada importa, sólo recuperar a la persona perdida. Y eso a veces es imposible.
Sarah había sufrido ambas pérdidas. Por lo que el dolor que ella estaba sufriendo debía ser devastador. Lilith comprendía esa dolencia, porque también había enloquecido. Con ello, aprendió a aferrarse a algo que se encuentra más allá de todo lo mencionado anteriormente.
En un laberinto caminas sin rumbo y a menudo tienes la sensación de ya haber pasado por una determinada zona, tal vez sí pases dos veces por el mismo sitio, sin notarlo, porque cambias la manera de observar cada pequeño detalle. Dentro del laberinto te mantienes pensativo, silencioso, en busca del camino adecuado. He allí el por qué de "taciturno". En este blog te encontrarás sumergido en un laberinto que tiene etapas, guerras en su interior y cambios constantes, entre otros sucesos.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario