domingo, 22 de julio de 2018

Y ya no necesito que vean mi luz, porque ahora sé que siempre está ahí. Yo elijo que esté encendida y si alguien elige no verla sinceramente ya no me interesa, simplemente no me es relevante. Yo la siento, yo elijo su intensidad. No "la tengo ahí para que quien desee la vea", la luz está, no está para otra persona más que para mí. Y está por mí también. Cuatro años cambiaron rotundamente mi forma de percibir el mundo. Antes tan dependiente de que me digan que ven un algo en mí. Ver cómo era en el pasado me ayuda a saber que está bien que hoy me cueste pero hoy elijo ser de otra forma. Ser consciente de las elecciones es ser responsable de tu propia vida, es tener el poder que tantas veces le diste a otra persona. ¿Quién te dijo que necesitabas algo? ¿Quién te hizo sentir que algo te faltaba? Nada nos falta, nada necesitamos. Y si siento que no es así, me reviso, me vuelvo a construir de forma distinta. La capacidad de cambio es algo absolutamente maravilloso que podemos aprovechar al máximo o dejar estancado hasta olvidar que poseemos esa posibilidad.
Yo pienso que todos tenemos esa "luz", pero la forma de verla no es que otra persona te lo diga, es verla en vos mismx. Claro que a veces es más fácil ver la de lxs demás, pero ver la propia es algo incomparable.

Soy como una idea.

 Nadie se queda conmigo, me descartan si no les soy cómoda. Prefieren no tener cerca ideas como yo, ideas reales, ideas sinceras, son las que menos duran. De todas formas no adhiero a lo permanente, me asfixia. Soy como esa idea que surgió en el fondo del pozo y fue útil hasta salir de ahí. Soy de las ideas que cuesta, más bien que no se pueden, retener. Una idea puede implantarse en tu mente como una enfermedad, y crecer; no soy ese tipo de idea, o nunca quise serlo. Pero hay ideas que te dan nociones diferentes de la realidad, que te mueven. No soy una idea estática y definitiva, lamento si es lo que buscabas. De hecho, soy esa idea que ves pasar, que no sabés muy bien por qué aparece, que está siempre en el límite entre existir o desaparecer.
 A veces las ideas se vuelven reales, no (me) pasa a menudo. Quizás por eso viajo de mente en mente hasta que suceda. Tampoco me quedo mucho cuando eso sucede. No sé por qué y no sé si me voy a quedar alguna vez.