jueves, 24 de abril de 2014

        Tal vez deba dejar de insistir en que tus densas ambigüedades sean reales para mí. Todo es una ilusión, sólo vemos los sucesos desde nuestra perspectiva y no desde la imparcialidad relevante que nos proporcionaría la solución concreta al conflicto inicial, evitando el efecto en cadena.
        "Muérete" sin haber sabido lo que es el fracaso, y habrás vivido en vano. 
         La incompetencia al plantear diferencias discriminadas encubiertas sigue siendo tedioso, predecible e irrelevante para mí. Todo es una misma igualdad, también fácil de predecir pero con cierto encanto.
          Sostengo firmemente que si la gente con la que trato habitualmente leyera lo que escribo o lo dedujera, dejaría de tratar conmigo; otra opción que he considerado es que lo podría hacer en mayor, mejor, peor o menor medida.
          Un libro usado, roto y de segunda mano aún puede transformar tu vida con sus palabras; así como una escritora frustrada, rota y con la mente insana puede tocar tu alma. Pero nunca tocarás la de ella.
           Ése es uno de mis problemas, me "quejo"  de que la gente no le interesa conocerme y nadie sabe cómo soy en realidad, tal vez sea yo quien no lo permito. Aunque también busco a alguien digno de tal confianza y que tenga interés en ello. "No seas egocéntrica", cita requerida.
          En la superficie siempre fui la chica perfecta, cuando por dentro era salvaje. Nunca te dejes llevar por mi exterior, podría confundirte y llevarte lejos de la realidad(*). Mi paciencia se termina esperando que crean que estoy sofocándome. No puedo respirar el mismo aire que ustedes.
Han intentado arreglarme, pero les imploro que no lo intenten, no estoy rota. No soy algo que se pueda "arreglar", ni modificar, ni se puede rellenar la grieta que poseo. Nadie intentó reparar lo que podría llegar a necesitar reparación en mí, tengo un corte en mi alma, todos pensaron y lo confunden con una sonrisa. Sonreír es abrir más la herida, esa grieta álmica, ese misterio. Todos tenemos una, pocos deben conocer esta interpretación. Yo la sé, hasta puede ser que la haya inventado en este texto nacido de una perturbación. Ahora esa herida está sana, pero quedó su marca. Luzco mis cicatrices con orgullo, porque tuve la vida desprendiéndose de mí y logré que no se vaya. Sola, sin ayuda, como debe ser y es. No comprendo a la gente que se avergüenza de sus...secuelas, negarlas es negar una parte de nosotros mismos, nuestra historia.
*= Relativa, diferente según cada individuo pensante.

martes, 15 de abril de 2014

Quizás, algún día...

      Y la pequeña oruga comenzó con su vida. No, eso es incorrecto. Si ya estaba viva...Pero ¿Acaso ésa era la respuesta? ¿Debería permanecer siempre así? Evidentemente no, la metamorfosis había comenzado. Ella existía, pero eso es muy diferente de vivir ¡Ojalá vivas todos los días de tu vida! La oruga tuvo la necesidad de cambiar, por decisión propia o no, ella estaba en un proceso.
     Se sentía extraño...no se comparaba a nada ¿Eso era malo? No necesariamente ¿Dolor? No, eso no. Estaba... completándose. Tuvo que irse, aislarse, encerrarse en su capullo. A veces hay que alejarse, tomar perspectiva, para a modificarse.
     Estaba ajena a todo, en soledad. "¿En qué me convertiré?, pensaba. Lo inevitable. Sólo podía imaginar una respuesta abstracta e inconcreta que se asemeje a lo próximo. La emoción de la sorpresa, el miedo a lo desconocido.
    El pasado será un leve recuerdo, la primera etapa de una tempestad.
    La pequeña oruga comenzó a vivir ¿Tú ya has comenzado? Algunos sólo se conforman con existir, sin inquietudes, sin sentido.
    El cambio seguía. Se le cruzó la idea del arrepentimiento. No había vuelta atrás. Desesperación, miedo, incertidumbre...
     Ya no puede volver al pasado, cuando el proceso del cambio es llevado a cabo, no se puede evitar su avance.
      Pero ella sabía lo que quería, e iba a continuarlo. O morir en el intento, hay que intentarlo, sólo eso; y quizás, algún día, consigas ser aquello que deseas.
     Porque el cambio debe comenzar en uno mismo, y hay que ser valiente aunque se tema.
   
      Ya casi terminaba de cambiar. Ahora falta la última etapa, y la más difícil. Salir del capullo y enfrentar al mundo. Llevar el cambio a todos y ¿Por qué no a todos?
      Entonces, sucedió...
      Y el mundo la vio, evolucionada, convertida en una poderosa mariposa.
       Ahora, aprovecha el esfuerzo ¡Sigue cambiando! Ella pasó volando, llenando de magia con cada aleteo. Voló junto a una humana, eran de especies diferentes pero se encontraban similitudes en tantos aspectos... Y ambas pensaron:

"Quizás, algún día..."

Ahí quedó el pensamiento, no pudieron expresar las infinitas posibilidades que se les ocurrieron.

Ella.

Ella no era nada más que la incertidumbre generada antes de la creación de certezas absolutas. Era tan efímero su pasar, y tan duraderos sus efectos. Tan definitiva como la muerte y tan libre como el viento que pasa entre las cosas, las une y las disocia. Sus lágrimas eran tan puras como las de un niño, con su alma perdida. Buscándose eternamente como la cura para la muerte y el antídoto para la eterna juventud. Pudiendo causar diferentes reacciones en cada individuo que pruebe su sabor y podías amarla tanto en un solo segundo que desafiabas la creación de Dios. La observaba, y me veía reflejada en su respiración, aun sus movimientos más minúsculos yo los percibía como si fueran el primer amanecer luego del fin del mundo, visto desde un abismo. No pasaba a tu lado son dejarte una sonrisa en los labios (...). Nadie sabía lo que ella pensaba, y a la vez, tan fácil te dejaba ver sus sentimientos. Para mí, era como un libro abierto, con sus páginas tan transparentes y sus letras tan perfectamente dispuestas. Nunca olvidaré sus ojos, ellos contenían a todo el Universo y mirándolos contemplabas que la Creación es perfecta y tu mente no borrará la imagen de los mismos jamás; incluso si te quedas sin recuerdos, permanecerá intacta resplandeciendo y nunca se apagará. Tan ambigua y tan concreta, no hay comparación digna de ella y no puedo evitar compararla conmigo (...). Sentir el palpitar de su corazón era tan milagroso como recibir la noticia de que no morirás nunca y tu vida será sólo dicha y gozo. En su compañía no existía la posesión, era como un pájaro fuera de su jaula, estaba siempre volando cautivándonos con sus colores y cantos personales. Se complementa tan perfectamente conmigo que parece que fuéramos hermanas, o más que eso, una sola persona. Ya no sé cómo sería vivir sin ella. Su sonrisa y la profundidad de sus pupilas se han hecho costumbre para mí, un deleite. Mis sentimientos por ella se ven ta lógicos en mi mente, y desde la realidad rozan lo absurdo. ¿Es acaso eso posible? (...). Así te veo yo, el viento (tan similar a vos) rozándote y alborotándote el cabello, los pies descalzos y una lágrima asomándose. Merecedor de la peor tortura el causante de humedecerte los ojos.(...). Cada instante con vos parece de duración mínima, aunque en mi mente ese momento queda expandiéndose, como el Universo, hasta el infinito.

Irrelevante.

       No quiero ser reiterativa al comentar nuevamente mis crecientes ganas de aislarme de todos. Los tratos de las personas me hartan, sus preconceptos y prejuicios. ¿Qué hacer con ello? La  mayoría de la gente que conozco se defiende con violencia, lo cual hace que ésta se multiplique; no es mi intención. Pero si no me comporto violentamente y sólo hago el intento de que no me afecte nada, soy una cobarde y débil a los ojos de todos. Como si fuera trascendente. No, no es debilidad mis queridos acompañantes de vida. Es ser lo suficientemente fuerte y seguro como para no tener que demostrar con violencia la fortaleza y seguridad.
     Obviamente, que yo piense esto no va a cambiar NADA, los malos tratos continúan. Y la gente está tan ciega y cínica que tampoco espero un cambio de actitud, pero hay un mínimo ápice de esperanza, ¿verdad?
     El mundo está tan preocupado por no sentir culpa que ni siquiera es capaz de reconocer los actos que lo podrían llevar a sentir eso. La felicidad ha sido pasada a un segundo plano, ni hablar del amor. Así como lo manifestamos en nuestra propia vida, sin buscar ser felices ni amar, por el miedo a la soledad confundimos esos sentimientos con el primer roce de una palma sobre nuestro cuerpo físico. Tampoco busco eso, yo quiero una caricia en el alma, ¿es mucho pedir? Hoy en día nadie regala sonrisas, más bien todo lo contrario. Regalan golpes, patadas astrales, insultos vacíos.
    Lo más triste no es que quieran herirme, lo triste que que aquellos/as que más se empeñan en hacerlo están heridos internamente; antes de sacar su odio contra mí se odian mil veces más en su cabeza.
    Alguna vez llegué a hacerle caricias álmicas a ellos, pero son efímeros y en seguida se ponen su coraza destructora e impenetrable. Convivimos todos juntos, el Universo no hace diferencia. Ya debería estar acostumbrada, pero no; nunca me acostumbraré a algo insano, ni a algo que me prive de libertad, aunque lo he hecho en un pasado. Tengo tendencia al dolor como costumbre y nunca fui muy dotada para ser feliz. En este mundo hay que ser así, frío. Hace un tiempo no lo veía así ¿La realidad era distinta? No, sólo mi manera de percibirla. "La ignorancia hace a la felicidad", se dice. Yo creo que si supiéramos toda la verdad experimentaríamos mayor bienestar que viviendo ignorando todo. No hay empatía, nadie presta la menor ayuda al prójimo. Y todo esto es, simplemente, irrelevante.

sábado, 5 de abril de 2014

No tienes poderes sobre mí. Capítulo 5.

       De repente, un espejo de dos metros de altura se materializó en la pared situada frente al gusano, a espaldas de Lilith. Ésta no notó tal cambio hasta que alguien habló.
       -No recuerda haber estado, insecto estúpido. Además, ella no es Sarah.
       Al escuchar a su Rey, la criatura azul se deslizó lo más rápido que pudo a su hogar. Tal vez la próxima vez consiga que la niña acepte su invitación.
        Lilith volteó despacio, intentando adivinar con quién se enfrentaría. No lo reconoció. Supuso que sería Jareth, pero aquel que estaba frente a ella no coincidía en nada con la descripción que Toby le había brindado de él, que era como lo veía su hermana. Este hombre era mucho más sombrío. Su derredor era el espejo que había aparecido, en éste se reflejaba todo de una manera escalofriante, manchas de lo que parecía sangre se escurrían en el reflejo de la pared de donde provenía el gusano. El Rey de los Gnomos resaltaba con su palidez en el oscuro lugar, vestido con un sobretodo largo de terciopelo negro y unos pantalones de cuero del mismo color. Su abrigo estaba cerrado, a Lilith le resultaría imposible saber si llevaba una camisa o algo por el estilo, pero siguió recorriéndolo con la mirada. Él, con sus ojos del color de la noche, hizo lo mismo, sólo que con un aspecto más hipnótico. Quedó fascinado con la belleza de la chica que tenía delante. «Es perfecta.»
       -Eres tú, el Rey de los Gnomos...- A Lilith se le vino a la mente que Sarah se había enfrentado con aquel mismo hombre que tenía delante, sólo pensó en la hermana de Toby y todo el misterio que la enmascaraba- ¿Qué le hiciste a...?
      Jareth, desviando sus ojos de los labios rojos de su interlocutora situándolos en los ojos de la misma, esbozó una sonrisa y respondió.
     - ¿A Sarah? Oh, querida cosa preciosa, lo que le ha pasado se lo hizo ella mismo, tentada por sus "amigos".- Pronunció la última palabra como si se tratara de un insulto.
       Lilith no confiaba en él, y no dejaba de expresarlo en su rostro. Pero algo en él le causaba una extraña atracción.
       -¿Por qué estoy aquí?
       -Entra en el espejo.-Dijo el Rey, ignorándola.
        La muchacha se incorporó. Miró hacia sus costados, el espacio entre el infinito y ella se empequeñecía.
        -Salta dentro del espejo, mi pequeña Alicia.
         Las palabras resonaron en su cabeza, y Lilith recordó unas en particular que denotaban un detalle interesante.
         -¿Qué es eso de que yo "ya he estado" aquí y no lo recuerdo?
         -De ese lado te resultará imposible saberlo, ven conmigo. De todos modos, esto no es más que un sueño, ¿verdad?
       «Era cierto, debí de haberme dormido y no dejar de pensar en Sarah habrá producido esta pesadilla. Pensar en...¿Quién?»El Laberinto había empezado a corromper los pensamientos de Lilith.

miércoles, 2 de abril de 2014

Osadía ante la muerte II.

       Sentí que me desvanecía. No fue esa sensación de tristeza en la que uno espera que la "muerte" llegue. No. Sentí una paz inmensa viendo mi vida pasar frente a mis ojos, me pregunté qué pasaría si ésa fuera mi hora. No tuve miedo.
        Pasado ese momento, con la mente libre de vivencias anteriores, imaginé cómo sería si me encontraran así, con el alma fuera del cuerpo físico. Pensé en todas las personas que llorarían por mí, contradiciendo mis lágrimas anteriores cuya razón era que creí no importarle a nadie; pensé en todas las dudas que quedarían sin resolver, en mis proyectos sin finalizar, en todos los pensamientos que aún no tuve, todo lo que no probé, entre muchas otras cosas.
        Sorprendentemente, eso sólo duró unos minutos. Y podría haber sido definitivo, terminando allí en un último suspiro.
        Me pregunto cuál hubiera sido mi último pensamiento...