domingo, 11 de marzo de 2018

Hormonas.

Lo que muchas personas no entienden es que el amor y el sexo van por separado, o que hay distintos “tipos” de amor, distintas formas de sentirse con otro ser. Hay una forma egoísta, donde la otra persona es una extensión de nosotros, una clase de objeto que tiene que cumplir con nuestro molde, que tiene que satisfacer nuestras falencias, completarnos. Otro tipo de amor es aquel que sentimos hacia nosotros mismos, que nos hace ver lo maravillosos que somos, que no nos falta nada ni necesitamos una cura o reparación, somos reales. Pero ese amor desinteresado que tenemos hacia nosotros puede ser compartido con otros, no necesariamente en una relación convencional y de pareja. Yo pienso que la mejor forma de aprovechar la hormona a la que llamamos “amor” es primero hacia uno, y luego como una forma de conectarse con los demás, sin poseerlos ni limitarlos. Los límites sólo destruyen las hermosas posibilidades de la vida, ya que de por sí somos seres limitados, ¿por qué limitarnos más? ¿Por qué buscar limitar a otros? Las personas buscan definir a sus pares, definir sus relaciones, su forma de ser, su manera de pensar, no se tolera lo diferente. Pero si entendemos que todos somos distintos, aún estando conectados, podemos aprender mucho más. Conectar con alguien igual a nosotros sería vacío, como un monólogo eterno. En cambio la diferencia, lo descolocante, lo que nos deconstruye, es lo que nos hace crecer. Nos dejamos llevar desde que nacemos con lo que nos muestran que es el amor, y el error está en definirlo, en definir cualquier sensación, en rotularla como buena o mala. Ser extremistas catalogando entre dolor y placer por ejemplo. Y verdaderamente no creo en esas etiquetas, sólo sirven para reprimirnos. Tenemos miedo a sentir cuando nuestro sentimiento no se amolda a lo “normal”, cuando realmente no importa definirlo. A mí me gusta experimentar libremente mis sensaciones, que al fin y al cabo son señales que el ambiente le da a mi cuerpo y por caminos transductores de señales se expresan y las siento. ¿Qué sentido tiene luchar contra eso? Si exploramos nuestros impulsos sanamente, seríamos mucho más libres. Pero si buscamos en otro ser lo que nos falta, esa carencia estará presente siempre. En cambio si no buscamos, si todo sucede con fluidez y libertad, ahí nos encontraremos con un sentimiento único. Compartir con alguien, en lugar de absorberse hasta ser heridos.
  ¿Por qué llamar de alguna forma a lo que sentimos? Nuestro lenguaje en sí limita, y cuando nuestro cuerpo traduce la señal del ambiente en una sensación, no le pone ningún nombre, simplemente actúa. Libera hormonas y genera cambios. A la célula no le “asusta” cambiar completamente, pero a muchas personas sí les dan terror los cambios, porque la incertidumbre las sacude. Eso es algo que yo nunca entendí, el miedo a lo desconocido. Siempre se cree que es malo, cuando realmente es desconocido, no lo sabés. Y también nos acostumbramos a lo mismo, si me abandonaron varias veces seguro lo van a volver a hacer. No es cierto, es una falacia enorme, pero funcionamos así. Yo creo en romper con esas construcciones, total es mía la decisión de cómo tomarme las cosas. Y particularmente necesito cambiar, me agobia demasiado la rutina, el estar estática, inmóvil en algún sentido. Vivir siempre lo mismo no es vivir, para mí eso no tiene ningún sentido. 

Borderline.

¿Por qué soy tan débil a veces? Tratando de mantenerme siempre fuerte me debilito explotando. Nunca me quieras en lo más mínimo, porque yo no te voy a querer. Y si te empiezo a querer voy a obligarte a que me odies para que te alejes por tu cuenta. Pero me da miedo que se alejen, no me abandonen. Estoy acostumbrada a que me dejen, no te preocupes, no sos la primer persona ni la última que lo va a hacer. No sos especial, si me dejaste tirada como los demás, sin preocuparte si estoy viva o muerta. Pero no vuelvas nunca, porque ya te habré olvidado para entonces. Ni te atrevas a pedirme perdón, voy a asumir toda la culpa para que te vayas en paz. No me tengas lástima, yo soy así y puedo afrontar todo. Sola, siempre sola. Por favor, acompañame, te necesito. No me necesites, porque no voy a estar pendiente de vos. Quiero que me necesites, que me desees todo el tiempo y pienses en mí. Pero yo nunca te voy a necesitar, aunque te dé esperanzas nunca vas a ser mi dueño. Y no me ames, no soy una persona que se pueda amar. Nunca me fue bien en eso del amor. No puedo amarte porque te estaría sentenciando, así que no te encariñes, si querés cogemos y nos divertimos, listo. Ahí se termina. Ah pero vos me querés sólo para coger, ¿te parece que no sirvo para nada más? Andate a cagar, te odio, voy a borrar todo de vos. Te estás interesando en mí, ¿por qué? No sirvo para las relaciones. Te gusta hablar conmigo de cualquier cosa, no me ves como un objeto. Yo sólo quiero coger, sin sentimientos ni nada, te quiero sólo para eso. Buscame, por favor. Ni te gastes, jamás vas a llegar a mí. No me preguntes por mis cortes. ¿No te importa si me mato? Insistime, haceme prometerte. Lo intentaron un montón de personas, ¿te pensás que eso me detuvo? Soy una maldita enferma y no vas a curarme nunca. Estoy tan rota, ayudame, no puedo sola. Solamente quereme mientras me arreglo, nada más. No te pases, no te necesito. Andate.