sábado, 1 de diciembre de 2018

FP

Descubrí que había tenido una persona favorita. Y que me alejé de forma diferente a la que solía hacer. No sé si de una manera más sana, espero que sí. Nunca alguien había encajado tanto con esa descripción, y sinceramente no quiero que pase.
No es divertido disociarse de la realidad, y le pongo un nombre porque me ayuda a pasar momentos que no logro manejar. No termino de confirmar ese nombre con alguien profesional porque quizás tengo miedo de estar enferma. Y nadie querría estar con una enfermita. Menos querría que alguien supiera que es mi persona favorita, da mucho poder, y ya se me hace difícil no demostrar que lo tiene. 
Sólo me gustaría sentir de forma normal. 

domingo, 22 de julio de 2018

Y ya no necesito que vean mi luz, porque ahora sé que siempre está ahí. Yo elijo que esté encendida y si alguien elige no verla sinceramente ya no me interesa, simplemente no me es relevante. Yo la siento, yo elijo su intensidad. No "la tengo ahí para que quien desee la vea", la luz está, no está para otra persona más que para mí. Y está por mí también. Cuatro años cambiaron rotundamente mi forma de percibir el mundo. Antes tan dependiente de que me digan que ven un algo en mí. Ver cómo era en el pasado me ayuda a saber que está bien que hoy me cueste pero hoy elijo ser de otra forma. Ser consciente de las elecciones es ser responsable de tu propia vida, es tener el poder que tantas veces le diste a otra persona. ¿Quién te dijo que necesitabas algo? ¿Quién te hizo sentir que algo te faltaba? Nada nos falta, nada necesitamos. Y si siento que no es así, me reviso, me vuelvo a construir de forma distinta. La capacidad de cambio es algo absolutamente maravilloso que podemos aprovechar al máximo o dejar estancado hasta olvidar que poseemos esa posibilidad.
Yo pienso que todos tenemos esa "luz", pero la forma de verla no es que otra persona te lo diga, es verla en vos mismx. Claro que a veces es más fácil ver la de lxs demás, pero ver la propia es algo incomparable.

Soy como una idea.

 Nadie se queda conmigo, me descartan si no les soy cómoda. Prefieren no tener cerca ideas como yo, ideas reales, ideas sinceras, son las que menos duran. De todas formas no adhiero a lo permanente, me asfixia. Soy como esa idea que surgió en el fondo del pozo y fue útil hasta salir de ahí. Soy de las ideas que cuesta, más bien que no se pueden, retener. Una idea puede implantarse en tu mente como una enfermedad, y crecer; no soy ese tipo de idea, o nunca quise serlo. Pero hay ideas que te dan nociones diferentes de la realidad, que te mueven. No soy una idea estática y definitiva, lamento si es lo que buscabas. De hecho, soy esa idea que ves pasar, que no sabés muy bien por qué aparece, que está siempre en el límite entre existir o desaparecer.
 A veces las ideas se vuelven reales, no (me) pasa a menudo. Quizás por eso viajo de mente en mente hasta que suceda. Tampoco me quedo mucho cuando eso sucede. No sé por qué y no sé si me voy a quedar alguna vez.

domingo, 17 de junio de 2018

Ser siempre de una forma no te condiciona a no poder cambiar, cada momento es una oportunidad nueva para reinventar tu ser. Y tus tendencias las podés controlar, dejar de "luchar contra" para convivir con ello y poder amar esa parte tuya para que no salga con odio. Amar las cosas malas de una persona a veces es fácil, amar las propias es un desafío. Yo también suelo decir que lucho contra tal manía mía, y luchando tanto puede pasar que en algún instante te canses y eso salga sin control. Y quizás parece que no podés ser de otra forma, que estar así es todo lo que conocés entonces nada más te va a llegar. Es un entrenamiento constante, encontrar la forma de vivir con vos mismx  y sacar lo mejor de vos. Conocete, amate en todo sentido incluso a las partes tuyas con las que luchaste siempre. De nada sirve pelear contra ellas, no se van a ir, pero de vos depende controlarlas, saber que no son todo lo que sos, que esas partes fueron tu persona en un momento y ya no más. No dejes que ese sentimiento crezca dentro de vos, podés hacer que crezcan cosas lindas. Sé que de lo que yo considero algo malo en mí puede salir algo hermoso, algo que incluso otras personas lo vean así.

domingo, 11 de marzo de 2018

Hormonas.

Lo que muchas personas no entienden es que el amor y el sexo van por separado, o que hay distintos “tipos” de amor, distintas formas de sentirse con otro ser. Hay una forma egoísta, donde la otra persona es una extensión de nosotros, una clase de objeto que tiene que cumplir con nuestro molde, que tiene que satisfacer nuestras falencias, completarnos. Otro tipo de amor es aquel que sentimos hacia nosotros mismos, que nos hace ver lo maravillosos que somos, que no nos falta nada ni necesitamos una cura o reparación, somos reales. Pero ese amor desinteresado que tenemos hacia nosotros puede ser compartido con otros, no necesariamente en una relación convencional y de pareja. Yo pienso que la mejor forma de aprovechar la hormona a la que llamamos “amor” es primero hacia uno, y luego como una forma de conectarse con los demás, sin poseerlos ni limitarlos. Los límites sólo destruyen las hermosas posibilidades de la vida, ya que de por sí somos seres limitados, ¿por qué limitarnos más? ¿Por qué buscar limitar a otros? Las personas buscan definir a sus pares, definir sus relaciones, su forma de ser, su manera de pensar, no se tolera lo diferente. Pero si entendemos que todos somos distintos, aún estando conectados, podemos aprender mucho más. Conectar con alguien igual a nosotros sería vacío, como un monólogo eterno. En cambio la diferencia, lo descolocante, lo que nos deconstruye, es lo que nos hace crecer. Nos dejamos llevar desde que nacemos con lo que nos muestran que es el amor, y el error está en definirlo, en definir cualquier sensación, en rotularla como buena o mala. Ser extremistas catalogando entre dolor y placer por ejemplo. Y verdaderamente no creo en esas etiquetas, sólo sirven para reprimirnos. Tenemos miedo a sentir cuando nuestro sentimiento no se amolda a lo “normal”, cuando realmente no importa definirlo. A mí me gusta experimentar libremente mis sensaciones, que al fin y al cabo son señales que el ambiente le da a mi cuerpo y por caminos transductores de señales se expresan y las siento. ¿Qué sentido tiene luchar contra eso? Si exploramos nuestros impulsos sanamente, seríamos mucho más libres. Pero si buscamos en otro ser lo que nos falta, esa carencia estará presente siempre. En cambio si no buscamos, si todo sucede con fluidez y libertad, ahí nos encontraremos con un sentimiento único. Compartir con alguien, en lugar de absorberse hasta ser heridos.
  ¿Por qué llamar de alguna forma a lo que sentimos? Nuestro lenguaje en sí limita, y cuando nuestro cuerpo traduce la señal del ambiente en una sensación, no le pone ningún nombre, simplemente actúa. Libera hormonas y genera cambios. A la célula no le “asusta” cambiar completamente, pero a muchas personas sí les dan terror los cambios, porque la incertidumbre las sacude. Eso es algo que yo nunca entendí, el miedo a lo desconocido. Siempre se cree que es malo, cuando realmente es desconocido, no lo sabés. Y también nos acostumbramos a lo mismo, si me abandonaron varias veces seguro lo van a volver a hacer. No es cierto, es una falacia enorme, pero funcionamos así. Yo creo en romper con esas construcciones, total es mía la decisión de cómo tomarme las cosas. Y particularmente necesito cambiar, me agobia demasiado la rutina, el estar estática, inmóvil en algún sentido. Vivir siempre lo mismo no es vivir, para mí eso no tiene ningún sentido. 

Borderline.

¿Por qué soy tan débil a veces? Tratando de mantenerme siempre fuerte me debilito explotando. Nunca me quieras en lo más mínimo, porque yo no te voy a querer. Y si te empiezo a querer voy a obligarte a que me odies para que te alejes por tu cuenta. Pero me da miedo que se alejen, no me abandonen. Estoy acostumbrada a que me dejen, no te preocupes, no sos la primer persona ni la última que lo va a hacer. No sos especial, si me dejaste tirada como los demás, sin preocuparte si estoy viva o muerta. Pero no vuelvas nunca, porque ya te habré olvidado para entonces. Ni te atrevas a pedirme perdón, voy a asumir toda la culpa para que te vayas en paz. No me tengas lástima, yo soy así y puedo afrontar todo. Sola, siempre sola. Por favor, acompañame, te necesito. No me necesites, porque no voy a estar pendiente de vos. Quiero que me necesites, que me desees todo el tiempo y pienses en mí. Pero yo nunca te voy a necesitar, aunque te dé esperanzas nunca vas a ser mi dueño. Y no me ames, no soy una persona que se pueda amar. Nunca me fue bien en eso del amor. No puedo amarte porque te estaría sentenciando, así que no te encariñes, si querés cogemos y nos divertimos, listo. Ahí se termina. Ah pero vos me querés sólo para coger, ¿te parece que no sirvo para nada más? Andate a cagar, te odio, voy a borrar todo de vos. Te estás interesando en mí, ¿por qué? No sirvo para las relaciones. Te gusta hablar conmigo de cualquier cosa, no me ves como un objeto. Yo sólo quiero coger, sin sentimientos ni nada, te quiero sólo para eso. Buscame, por favor. Ni te gastes, jamás vas a llegar a mí. No me preguntes por mis cortes. ¿No te importa si me mato? Insistime, haceme prometerte. Lo intentaron un montón de personas, ¿te pensás que eso me detuvo? Soy una maldita enferma y no vas a curarme nunca. Estoy tan rota, ayudame, no puedo sola. Solamente quereme mientras me arreglo, nada más. No te pases, no te necesito. Andate. 

miércoles, 10 de enero de 2018

Colores.

La existencia de una inquietud por lo extraño, lo anormal, lo raro, es un buen inicio para descubrir cómo somos en realidad, o acercarnos a ello. Porque no muchas personas aprobarán esos gustos, entonces no hay condicionamiento social ni impulso externo visible que nos lleve a investigar sobre aquello oculto que nos interesa. Sin embargo, en nuestra interiorización encontraremos expectativas resueltas o no, debemos estar preparados para esto. Y tener cuidado con lo que se desea. Siempre. Porque los deseos nos llevan a vivir experiencias para las cuales el mundo no nos prepara, el mundo superficial aborrece esas experiencias anormales. Pero eso lo hace más interesante. Y podemos sentirnos locos, irreales, desalineados con el sistema. Esto último es el indicio de que estás en el camino correcto. Porque lo más bello de vivir es, justamente, vivenciar hechos únicos, aunque nadie o pocas personas sean testigos, crear momentos inolvidables, sensaciones raras y hermosas, pensamientos que van más allá de nuestra mente y nos cuesta comprender esta naturaleza nuestra. Pero cuando salimos de esa tan famosa zona de confort, es ahí cuando vivimos realmente.