viernes, 5 de febrero de 2016

Para ser feliz, hay que ser creativo, o no serlo en lo absoluto. Me explico; todo lo que podemos percibir del mundo se distorsiona según cómo lo imaginemos. Entonces, cada sentimiento y pensar, junto con las sensaciones físicas, cambian si las imaginamos de otra forma. Por lo tanto, siendo creativos, tenemos un abanico de posibilidades a la hora de hacer interpretaciones acerca de la realidad. Si no lo somos, nos quedamos con la visión más real y menos distorsionada.
Todo es imaginario. El tiempo, los cambios, creaciones de una mente humana.
Los locos, ¿qué son? ¿Y si sólo son creativos? ¿Por qué no aceptar su forma de ver diferente a la de la mayoría? Y a veces es positivo enloquecer. Carecer de límites en el pensamiento, crear y crear otros mundos, permaneciendo en este.
Los escritores estamos locos, ¿no? Qué es un escritor sino el ser que más crea, y cree en su creación, la hace real, la realiza.
Qué es lo imposible sino aquello que no podemos ni nos permitimos imaginar.
Y qué es lo incorrecto, sino aquello que los no creativos temen crear.

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