sábado, 11 de abril de 2015

Ningún título ni razón, sólo estaba aburrida.

Qué dilema presenta percatarse de la existencia ajena como un hecho aburrido. Sólo caras, gestos. Aunque siempre detrás del cuerpo físico hay algo más. Un algo que nos hace enamorar, odiar, admirar, etcétera. Cierto es que la mayoría de las personas me resultan aburridas, intrascendentes. Únicamente me divierte analizarlas, es fascinante; aunque, seguramente esté errada en muchas de mis interpretaciones en cuanto a las actitudes de tales seres. Insisto, ¡qué aburridos se han vuelto todos! Son tan predecibles en su cotidianidad. Somos el producto de nuestras rutinas, un producto carente de un carácter interesante.
Toda la vida nos enseñan supuestos hechos comprobados por el parámetro que mejor beneficia a quien maneja los hilos. Y aprendemos muchísimo, cosas inútiles y útiles...¿Útiles e inútiles para quién? ¿Quién dice que aprender a hablar Dothraki o High Valyrian no servirá, por ejemplo? Otro asunto, es muy común (esta horrible palabra aburrida) decir que de cada situación negativa aprendemos; me pregunto, ¿es necesario sufrir para aprender? ¿Por ello "duele" estudiar en la escuela? A veces enseñar duele también.
Personalmente, no me aburre ser yo. Hay personas a las que causaré aburrimiento, claro está. Quizás por la diferencia entre mi ritmo al hablar/pensar y los suyos. Desvarío, mucho. Pienso cientos de cosas diferentes al mismo instante, y nunca concluyo ningún pensamiento. A veces lo reflejo cuando hablo. Aunque, poco importa hablar de mí, y sólo lo anterior es relevante como simple ejemplo.
¿Por qué algo nos resulta aburrido? Porque es común, normal, hay mil opciones...También puede ser porque no lo entendemos, ¿no?
Otro punto interesante: El aburrimiento sano. Siempre hay momentos en los que nos vamos a aburrir, tendemos a rellenar esos espacios con acciones vanas. Si no lo hacemos, el aburrirnos puede resultar sumamente productivo. En situaciones momentáneas como esas pueden surgir todo tipo de cosas, aunque una es la que más me interesa: Las ideas. Antes de encontrarnos allí, sin nada más que hacer que mirar el techo en silencio, quizás nunca hayamos pensado en algún por qué. ¡Cuán importante es cuestionarse y qué pocos espacios se dan para dar lugar a semejante hazaña!

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