Me puse a pensar en mis constantes sueños catastróficos...Resultó extraño darme cuenta de que, gracias a soñar con la muerte, ya no le temo; caso contrario sucede con la vida, su presencia en mis sueños ha hecho que me provoque temor, el que debería sentir por la anterior.
El vivir es una distopía constante, en la que una supuesta utopía sería apocalíptica y tendría efectos devastadores. Hasta que morimos, sólo vemos destrucción; algunos buscamos métodos creativos en los que, destruyendo, construimos; las formas que manifiestan otras personas son,en su mayoría, contraproducentes y mediocres.
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