martes, 21 de enero de 2014

Osadía ante la muerte.

     La muerte no existe. Con esa afirmación comenzaré la explicación del por qué no creo ni le temo a la muerte o a morir.
      Empecemos con el nacimiento, éste es el comienzo de nuestra vida, el día más lejano a la muerte que podremos experimentar; desencarnamos en otra vida, y si aún tenemos cosas que aprender encarnamos y volvemos a nacer. Hay algunos bebés que mueren al nacer o, cuando nacen, lo hacen muertos; yo pude haber sido parte de ambos casos por las situaciones vividas en ese periodo, sin embargo, sigo aquí, luego de otros encuentros con la "muerte". Haber "sobrevivido" tantas veces es una de las causas por las cuales no temo morir. Otra es, como mencioné en las primeras cuatro palabras de este texto, porque la muerte no existe. En todo caso, sólo tiene existencia un cambio de estado, una elevación en algunos casos y la reencarnación en otros; y si existe, es su problema; porque yo no creo en ella.
       Creer otorga poder, por ello hay que ser sumamente cuidadosos en lo que refiere confiar en algo/alguien; porque aquello en lo que crees puede destruirte.


     He allí la breve explicación. No le temo a la muerte, porque no existe.
     La mayoría de la gente teme más a la "muerte" de algún familiar o ser querido, o sufre por su pérdida; reflexionaré sobre ello en otra ocasión.



[Nota de la autora: Cabe destacar que todo lo plasmado aquí se ve fomentado por mis creencias, las cuales son diferentes en cada ser, pero yo elijo creer esto.]

No hay comentarios.:

Publicar un comentario